Así pretende Hacienda combatir el fraude fiscal a través de la factura electrónica

Así pretende Hacienda combatir el fraude fiscal a través de la factura electrónica

“Con el cruce entre facturas recibidas y emitidas es como conseguirá la Agencia Tributaria combatir por un lado el fraude fiscal y, por otro, también la morosidad, ésta última es una de las principales ventajas que, teóricamente, ofrecerá operar con la factura”, afirmó a este medio Celia Ferrero, vicepresidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, aunque todavía no ven con claridad “los estados de la factura y la protección de los datos”.

Como ya adelantó este medio, la Agencia Tributaria dispondrá de un repositorio universal digital a nombre de cada autónomo y negocio desde el cual se tendrá constancia de todas las facturas emitidas. A través del mismo, se llevará a cabo “un cruce entre facturas, que es el fin último de este sistema”, aclaró la vicepresidenta de la Federación, “funcionando de manera similar al sistema de información inmediata de las grandes empresas”.

¿Cómo pretende Hacienda luchar contra el fraude fiscal mediante la factura electrónica?

Con la Ley 18/2022 Crea y Crece se amplió la obligación de expedir y remitir facturas electrónicas a todos los empresarios y profesionales en sus relaciones comerciales, con un claro “objetivo de combatir la morosidad comercial”. Esto se logra “mediante el cruce entre facturas de la base de datos”, que no es otra cosa más que “el fin último de este sistema”. Se podrá controlar mejor el fraude fiscal ya que “va a proporcionar una mayor transparencia sobre los pagos y los cobros”.

A través del repositorio y de la inmediatez con que los datos se suben al sistema electrónico “la Agencia Tributaria, una vez que el usuario ha subido su factura electrónica o lo ha hecho desde la sede tributaria, comunica al cliente esa factura y le permite a Hacienda ver cuáles han sido sus clientes”.

Esa mayor transparencia “siempre conlleva, además, una herramienta para luchar contra la economía sumergida. Va a ser mucho más difícil ocultar actividad o sumergir parcialmente algo de la actividad, ya que el cruce con los clientes va a lograr que se puede revisar la información de manera inmediata, aunque sea a través de los propios clientes”.

Para el uso de la factura electrónica “se encuentran disponibles dos vías: mediante el software de la AEAT o a través de una aplicación o software de facturación electrónica. Lo único que se va a exigir a esas aplicaciones es que deberán adaptarse al Reglamento de Software de doble uso de la AEATy tener las especificidades que se van a fijar a través del desarrollo reglamentario de la misma”. Es decir, “tendrán que responder a los criterios que solicita Hacienda para aceptar una factura electrónica”. En ese sentido, el reglamento de software de doble uso se aprobó en la Ley Antifraude de 2021 que, por vez primera, establece la prohibición de fabricar, tener o utilizar un programa que permita dobles contabilidades, es decir, “la contabilidad B”.

Para ello, el software que se utilice va a tener que asegurar una serie de características para generar la facturas, como son, según informan desde la plataforma Quipu, “integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad”, colaborando, así, con la Ley Antifraude. Desde la misma detallan que “esas características no se pueden obtener con cualquier softwaresino con el software en la nube, que evita la destrucción de la información”, con lo que la factura electrónica, con sus respectivos requerimientos, “obliga al uso de este tipo de software”. De momento, el estándar al que se sujete la factura, tal y como trasladó Ferrero, “aún está por aclarar”, si bien “seguramente el más utilizado sea el que se usa a nivel europeo, que es FacturaE”. La gestión a través de factura electrónica y la regulación del reglamento de doble uso se torna relevante al comprobar los datos sobre economía sumergida del país, ya que según los últimos datos publicados por este medio, en agosto de este año Hacienda afloró 435 millones en economía sumergida, un 8,8% más que el año anterior.

A su vez, desde la Federación prevén que la factura electrónica afecte al proceso de inspección tributaria. “Al disponer Hacienda de toda la información en la nube, los datos de los autónomos estarán disponibles para su revisión desde el primer momento”. Además, Ferrero valora la factura electrónica como una herramienta que “va a ayudar a que abran paso otro tipo de reformas simplificando diferentes procesos, como sería el caso de la aplicación del IVA franquiciado, así como el acceso a financiación o la solicitud de subvenciones, porque ya va a disponer de la información necesaria”. 

Según Celia Ferrero, en lo que se refiere otros beneficios que presenta su uso y que afectan al día a día de los autónomos, “si bien hay mayores obligaciones formales en lo que respecta a las gestiones administrativas, también reducirá otras como el suministro de información y comunicación que los autónomos deben presentar a Hacienda”. Ese es otro de los beneficios de la transparencia, que “al haber más transparencia, la AEAT puede requerir formalmente menos información”.

De manera más concreta, “exime a los autónomos de los libros de registro; que la AEAT te haga ella los libros de registro va a facilitar las labores administrativas, porque van a tener todos los datos del autónomo. Aunque suministrar la información vaya a ser complejo al principio, luego va a beneficiar de cara a esas obligaciones formales”. Esto se traduce en “un aumento de la calidad de servicio al autónomo y al contribuyente desde el punto de vista de la cumplimentación de obligaciones”.

Los autónomos tienen importantes dudas sobre los estados de la factura y la protección de datos

“La dificultad que vemos no es facturar electrónicamente, porque alrededor del 90% de autónomos tiene un gestor que, por lo general, están digitalizados, y además la propia plataforma de la AEAT te permite hacerlo desde su portal. El problema para los autónomos está en la comunicación de los estados de la factura, es decir, si está pagada o no”, comunicó Ferrero, “por eso los autónomos solicitan que el estado de las facturas sea voluntario para el colectivo”.

Con la información que hay disponible de momento, según detalla la vicepresidenta, “los autónomos desconocen qué va a suceder, porque para eso tendríamos que dejar, primero, a un tercero (que es un colaborador social) información constante, con la que pudiera ir trasladando cuándo nos pagan la factura. Y el autónomo, muchas veces, no sabe cuándo le van a pagar. Tendría que estar pendiente todos los días para luego modificar y poner el estado”. Eso hace que el estado de la factura “se vuelva un trámite más, que los autónomos no ven la forma de automatizar”. El procedimiento  “es muy complejo desde el punto de vista técnico; si quieres que esto lo haga un colaborador tercero o gestor, va a llevar a un incremento de costes indirectos, porque si éste tiene que estar pendiente de cuándo se cobra la factura, lo más lógico, es que le acabe cobrando más por la gestión”. En el cado de las grandes empresas “no supone tanta problemática porque tienen más recursos y herramientas”, pero en el caso de los autónomos “es más complicado”.

Además, “han surgido dudas en el colectivo desde el punto de vista de la protección de datos en cuanto a tener que autorizar a un tercero (el colaborador social) a que acceda a las cuentas bancarias de su cliente para, así, poder verificar el estado de la factura”. En general, esta parte del proceso “supone una importante traba administrativa”, ya que “el autónomo tendría que estar pendiente en todo momento de cuándo le pagan la factura y, si no, dejar a un tercero que acceda a sus cuentas bancarias. Ahí es donde surgen las dudas acerca de la protección de los datos“. Para aquellos autónomos que tengan un alto número de facturas va a ser tremendamente engorroso”. Hay que tener en cuenta que la AEAT “realiza el cruce con la propia información que ya tiene, con lo que van a ver a través de los clientes cuándo pagan y cuándo no”.

Eso sí, a pesar de estas cuestiones, desde la Federación consideran “que, a la larga, va a beneficiar a los autónomos”. En algunos países, “ya tienen facturación electrónica obligatoria, como es el caso de Méjico. Lo que sí es cierto es que conlleva un tiempo de adaptación, y además, que los proveedores de software se adapten al procedimiento y a los requisitos de la AEAT. Sí que es una herramienta que proporciona más transparencia, más lucha contra el fraude, y menor morosidad; ahora bien, estamos a la espera del reglamento”.

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