Las asesorías durante el COVID

Las asesorías durante el COVID

Introducción.

Las asesorías han sido una de las figuras claves durante el momento álgido de la pandemia.

Un servicio que se declaró esencial y que fue el encargado de ayudar a autónomos y empresas no solo a llevar a cabo trámites administrativos (como han sido los ERTEs, subvenciones, ayudas, etc.) sino también han ayudado a filtrar [cortafuegos] toda la información que llegaba en muchos casos de forma confusa… y en muchos casos haciendo de psicólogo y ayudando a los empresarios a mantener la calma.

La profesión se reivindica.

El valor no solo se ha dado con la ejecución de tareas sino especialmente en la capacidad de generar contenido hacia el cliente
De este modo las buenas asesorías han sido capaces de digerir una cantidad enorme de leyes que salían cada día y traducirlas para que fueran accionables y el cliente lo entienda.

De este modo el cliente se ha sentido arropado gracias a estar al día a través de su asesor sumado a la confianza que da una práctica como esta.

El mayor aprendizaje ha sido que el éxito se ha dado no solo en estar al día sino en transmitir esta información al cliente.
Una vez más, es clave que el trabajo del asesor llegue al cliente.

La decisión adecuada ha sido la de facturar por el trabajo y eso sí, trabajar como nunca; especialmente en la generación de información, contenido y asesoramiento.

Las asesorías han captado clientes, especialmente aquellos que han salido rebotados de gestorías que no han dado la talla.

El mayor aprendizaje es que el trabajo se debe facturar y en vez de sacrificar facturación se ha decidido dedicar más tiempo, mayor empeño y ser mucho más proactivo con el cliente.
De este modo se ha facturado por un buen servicio realizado pero a la vez se ha dado el 200% y el cliente lo valora de forma positiva.

Digitalización en Asesorías

La sensación unánime ha sido que el hecho de estar ya digitalizados no ha sido una oportunidad sino que simplemente ha ayudado a estar a la altura, que es de lo que se trataba.

El mayor aprendizaje es que estar digitalizados cada vez se percibe más como algo esencial y necesario más que un valor diferencial per se.
De este modo se trata de estar dentro o fuera y por lo tanto usar programas que permiten estar a la altura de las circunstancias y evitar entrar en guerras de precios.

Conclusión: todo se acelera

La Administración pública está siendo la encargada de forzar la digitalización de procesos administrativos y fiscales a gran velocidad.

Es por ello que la mayoría de altas, obligaciones y requerimientos se presentan ya online y cada vez más los requerimientos de información con la administración pública serán mayores.

Esta presión que aparentemente cae sobre los empresarios, serán los asesores los encargados de liderar la digitalización de sus clientes para estar a la altura y es por ello que todos los que ya han dado un paso serán los grandes beneficiados.

La transformación digital es progresiva y aquellos que han dado pasos con programas que permiten estar a la altura tienen mucho ganado ya que es una batalla que se gana progresivamente no solo involucrando poco a poco a nuestro cliente sino especialmente dentro del equipo del despacho que debe ir cambiando los procesos de trabajo.

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